jueves, 8 de octubre de 2015

La asertividad en el trabajo

El mundo actual ha cambiado los requerimientos y expectativas acerca de las personas en el ambiente laboral. Se ha pasado desde la búsqueda de la obediencia ciega a un papel más activo y creativo por parte del trabajador, esperando que este sea capaz de asumir compromisos y aporte mayor versatilidad y flexibilidad.  
Fotografía: Álvaro CR

A su vez, el diseño de las organizaciones está cambiando y dicho cambio hace imprescindible poner el foco en los trabajadores en cuanto a sus interconexiones y dinámicas. La relación entre los trabajadores se sustenta gracias a la comunicación. Aunque puede parecer un aspecto evidente y sencillo, no lo es. A menudo surgen conflictos y situaciones de tensión entre lo que se desea, se necesita o se prevé.


lunes, 27 de julio de 2015

El desafío de la visión a largo plazo

Foto: Cebolledo
El deseo de gratificación inmediata se ha extendido mucho más allá de Wall Street. Como ya hemos comentado en alguno de nuestros posts, estamos inmersos en un mundo que nos está acostumbrando a tolerar poco la espera y a buscar soluciones rápidas. De esta forma el enfoque hacia objetivos a largo plazo se resiente. Dicho esto, no debemos confundir entre la "baja tolerancia a la frustración" y la realización de tareas con visión a "corto plazo", pues estas últimas son parte necesaria en el proceso de adquisición de la visión a "largo plazo".

lunes, 20 de julio de 2015

Influencias en el perfil profesional femenino

La cifra de mujeres consejeras tanto del Ibex como de las grandes  empresas europeas es actualmente del 16,6% y dista mucho de una supuesta igualdad.
La Comisión Europea exige que al menos el 40% de los consejeros sean mujeres en 2020. Ellas son mayoría en las universidades (60%), y la buena noticia es que comienzan a tener más peso en las aulas de las escuelas de negocio, donde ocupan casi uno de cada tres asientos.
Nerea Torres, una de las jóvenes mujeres españolas que lleva más de una década ocupando puestos de responsabilidad reconoce los pros de esa forma de hacer en femenino. “Las mujeres somos más participativas y más democráticas”, considera. Pero también admite uno de los principales contras que resaltan uno tras otro los estudios e informes sobre liderazgo de las mujeres: “Tenemos menos confianza en nosotras mismas”.