![]() |
Foto: Thomas Peter |
Acabas de empezar un nuevo
trabajo y sientes gran motivación y emoción. Sólo hay una ‘pega’: Eres,
claramente, la persona con menos experiencia de tu equipo de trabajo. Quizá se trata
de que es tu primer trabajo, que eres el más joven del equipo, que has tomado
un nuevo rumbo profesional cambiando entre profesiones, o quizá has obtenido
este nuevo puesto en un departamento distinto al que estabas por promoción
interna.
Cualquiera que sea el escenario, puede
que te encuentres en la situación en la que tienes la sensación que, a
diferencia de ti, todos a tu alrededor parecen conocer su trabajo como la palma
de su mano, haciendo que te sientas como que te quedas atrás. Esta, desde luego,
no es una sensación cómoda o agradable, sin embargo, la realidad es que
enfrentarás retos específicos relacionados con ser la persona del equipo con
menor experiencia. Ser consciente y sensible ante esto, puede ayudar a
prepararte para enfrentar los retos y problemas más comunes que esta situación
envuelve.
Es por ello que te apuntamos los 4 retos más comunes que
enfrenta el trabajador más joven o con menos experiencia del equipo, así como
sus posibles soluciones.
Reto 1: Superar el “síndrome del impostor”
Cuando te das cuenta que tus
compañeros de trabajo tienen mucha más experiencia que tú, quizá tu primer
pensamiento sea “Vaya, ¡quizá han cometido un gran error contratándome!”. Sin
embargo, a menos que no hayas sido completamente honesto en tu currículo, tu
nuevo empleador sabe que eres novato en este tipo de trabajo y, aun así, ha
decidido contar contigo para el puesto.
Esto significa que han visto el
gran potencial que tienes, y que creen que puedes conseguir hacer un buen
trabajo. (Es un hecho: No van a jugárselas contratando a alguien que piensan
que fallará al hacer su trabajo).
Solución
El primer paso es que te des algo
de mérito y empieces a creer también en ti. Has sido seleccionado porque te has
“lanzado al ruedo” y, seguramente, has puesto mucho esfuerzo para conseguir ese
nuevo reto laboral. Así que, reconecta con esa parte más ambiciosa de ti mismo,
esa que pensó que podías aplicar para este puesto de trabajo y conseguirlo.
¿Qué piensas que te hacía el mejor cualificado y, por tanto, la mejor elección
para ese puesto? ¡Apóyate en esos rasgos para empezar!
Segundo, si detectas algo que te
hace sentir particularmente nervioso o inseguro, explora cómo puedes reforzar
esas habilidades. Toma un curso o conecta con algún nuevo colega o una red de networking y explora cómo puedes
desarrollar las habilidades que sientes que careces.
Reto 2: Pensar que lo sabes todo

Como imaginarás, esto puede
afectarte de muchas maneras.
Primero, no sacas partido o te
beneficias de la sabiduría o conocimiento
institucional. Por ejemplo, quizá tienes una idea brillante, y precisamente
por ello alguien más la ha ‘lanzado’ hace algunos meses atrás, y tú desconoces
el hecho y ves cómo se desecha tu propuesta con un motivo imprevisto. Ten en
cuenta que no serás capaz de aprender de esto si no tienes en cuenta el feedback del resto del equipo.
Segundo, esta actitud dificultará
que hagas aliados. A menudo, se paga un precio por ser “nuevo” en algo. Aunque
no se trate del trabajo más estimulante, partir desde el lugar de “sé mucho,
pero me queda mucho más por aprender” puede hacer una gran diferencia en la
manera en la que te perciben tus colegas, ganando respeto y reflejando tus
habilidades para trabajar en equipo.
Solución
Intenta por todos los medios
sentirte seguro de ti mismo y compartir tus ideas, sin embargo, no confundas
esto con actuar como que eres “la persona más lista del lugar”.
Una de las mejores cosas que
puedes hacer es trabajar tus habilidades de escucha. Por ejemplo, durante una
sesión de brainstorming, o lluvia de
ideas, no te enfoques en ser el primero que expone su opinión. En su lugar,
intenta escuchar qué tienen que decir tus colegas acerca del tema, y evalúa si
puedes apoyar, construir o aprender más sobre las ideas expuestas por ellos.
Además de esto, no temas en pedir
ayuda y feedback, esto siempre será
más beneficioso que intentar hacer las cosas de forma aislada y por tu cuenta, sobre
todo si estás repleto de dudas acerca de lo que llevas a cabo. Admitir que no
tienes todas las respuestas, no solo
te hace más accesible ante otros, sino que además aumenta la probabilidad de
que tus colegas confíen en ti cuando afirmas saber acerca de lo que estás
hablando o proponiendo.
Reto 3: Cuando te asignan todas las tareas de bajo nivel o importancia

De cualquier forma, es natural
que no quieras sentir que “se aprovechan” de ti, y muchas personas pueden
tender a derivar tareas insignificantes, irrelevantes o tediosas en los colegas
con menos experiencia. El conflicto que puede surgirte internamente puede
residir en que, aunque quieres proyectar la motivación que sientes hacia tu
trabajo, y ser percibido como alguien con buena actitud y disposición, por otro
lado, no quieres que este tipo de tareas sean las únicas que lleves a cabo y
terminen alejándote de tu verdadero perfil y puesto de trabajo.
Solución
La mejor manera de gestionar este
reto es valerte de una comunicación abierta y asertiva. Habla con tu
responsable o líder de equipo acerca de la realidad de equilibrar este tipo de
tareas tediosas con tus otras labores. Pídele ayuda para establecer un orden de
prioridades en tus tareas y objetivos, y explora si puede compartir contigo
cómo este tipo de obligaciones añaden valor al equipo y a tu futuro trabajo y
desempeño.
Si tienes colegas que continúan
pidiéndote que realices un tipo de trabajo en particular, mira si puedes usar
esta clase de asignaciones como un punto de partida para una labor más retadora
y comprometedora. Puedes decir algo como “Estoy contento con ayudar con “X”,
sin embargo, también estoy dispuesto a realizar “Y” y me encantaría poder hacer
una contribución mayor para el proyecto…”.
Frases como “ponte al día” o “coge
el ritmo” se relacionan con el tiempo por una razón. Como sabrás, serás más
eficiente en una tarea la décima vez que la realizas, y aún más con cada
repetición y la práctica.
Sin embargo, tus compañeros
pueden olvidar que la base de datos, tareas y muchos procedimientos no son
intuitivos, o que, antes que todo, la agilidad y los “atajos” están sujetos a
la memoria, por lo que tendrás que practicar una y otra vez y cruzar
referencias de información de manera continua. Si no se te facilita suficiente
tiempo, te encontrarás pronto en un estado de permanente lucha o tensión.
Solución
Este reto tiene una salida
relativamente fácil, ya que no hay razón para sentir vergüenza por ser nuevo o
querer que las cosas se hagan de forma correcta. Por ello, a menudo todo lo que
necesitas es hacerles un pequeño recordatorio, como por ejemplo decir “Soy
nuevo en [cualquiera
que sea la tarea que estás haciendo]. ¿Tenéis alguna sugerencia en cuanto a cómo
podría hacerla de manera más rápida?”.
Luego, pregunta si, mientras que
consigues dominar la tarea, podrías tener un poco de tiempo extra para
terminarla, subrayando que quieres hacerlo de forma correcta. Esto también
proporciona una oportunidad a tus colegas para aclararte si el tiempo en la
realización de dicha tarea es un factor importante, o si más bien prefieren que
esté terminada a que esté perfecta.
Estos 4 retos y las soluciones propuestas
pueden proporcionarte un buen punto de partida para ir haciéndote a tu nuevo
puesto. Recuerda, has saltado al siguiente nivel y puede que ahora te sientas
un poco fuera de lugar. Es una sensación frecuente y natural en los comienzos,
sin embargo, más pronto de lo que crees, ganarás experiencia y agilidad… Y
alguien nuevo será contratado y ¡acudirá a ti para aclarar dudas y pedirte
claves y consejos!
Artículo original de Sara McCord en Forbes “4 ChallengesYou’ll Face As The Least-Experienced Member of The Team”- Traducción y
adaptación de Kreadis.