El pasado mes de febrero,
asistimos a las XII Jornadas del Emprendedor y la Empresa organizadas desde el Ayuntamiento
de Villanueva de la Cañada, para compartir ideas y reflexiones con empresarios
y emprendedores locales en nuestro taller de Gestión eficaz del tiempo.
A pesar de que este es uno de los
temas más trabajados en el entorno formativo profesional y laboral, es un
tópico que sigue despertando gran interés e interrogantes. Esto, sin duda,
tiene que ver con el hecho de que se trata de un tema que nos afecta y preocupa
en el día a día. Cómo gestionar nuestro tiempo y cómo sobreponernos a la
sensación de que a nuestro día “le faltan horas” representa una incógnita que
muchos intentan resolver.
Tal y como comentamos al
principio del taller, no existe fórmula unívoca e infalible para afrontar el
reto de la gestión del tiempo, sin embargo, sí podemos echar mano de diversas
herramientas y fórmulas para mejorar paulatinamente nuestros hábitos y acciones
con respecto a ello.
Pensando en animar y potenciar
aquellas iniciativas de mejora en cuanto a gestión del tiempo, nos animamos a
plasmar en este post algunos de los aspectos iniciales a tener en cuenta en el
momento de embarcarnos en la consecución de dicho objetivo. Para ello, hemos de
empezar por realizar un análisis de aquellas perspectivas y hábitos personales
relacionados con la forma en la que afrontamos la gestión de nuestro tiempo.
Para guiar dicho análisis solemos
hablar de tres esferas fundamentales: la personal,
que tiene que ver con lo propio y más íntimo que alude a nuestra forma de ver y
hacer las cosas; lo social, que habla
de la influencia y percepciones relacionadas con las relaciones e interacciones
con los demás; y lo procedimental,
que representa factores más “mecánicos” en cuanto a nuestra forma de gestionar
el tiempo.
Queremos dedicar el presente post a dos aspectos del primer eje
mencionado, el personal, por considerarlos
fundamentales en nuestra gestión del tiempo y nuestro negocio: El análisis de
las Expectativas y los Miedos.
Se
habla con frecuencia de intentar objetivar nuestras expectativas en cuanto a la
gestión y rendimiento del tiempo. Sin embargo, esta recomendación a menudo se
ve como algo intangible, lo que resulta en la omisión del análisis que dicho
tema requiere a la hora de organizarnos.
Las
expectativas juegan un papel clave en las decisiones individuales y en la forma
de categorizar nuestras tareas. En primer lugar, para analizar este aspecto,
hemos de tener en cuenta su noción más general, que tiene que ver con aquello
que esperamos que suceda de acuerdo a ciertas valoraciones lógicas. En este
sentido, solemos incurrir en dos errores: O bien ser demasiado optimistas en
cuanto al rendimiento que podemos sacar de un espacio de tiempo limitado; o
bien ser muy conservadores lo que deja parte de nuestra jornada propensa a la
desorganización, si no se ha llevado a cabo una correcta priorización de
objetivos y tareas.
En
general, solemos mantener una tendencia personal en cuanto a las estimaciones
que hacemos a este respecto, por lo que es de vital importancia que hagamos una
reflexión que nos permita detectar nuestro estilo. Para tener una idea en
cuanto a esto, podemos orientarnos siguiendo la clasificación general de
expectativas que presentamos a continuación:
Este
tipo de expectativas interactúan entre sí, y definen la manera y la perspectiva
general con la que afrontamos la organización, planificación y definición de
objetivos; en ello radica la importancia que tiene que podamos ser conscientes
del polo de expectativas del que partimos para organizar nuestro tiempo.
Las expectativas son un tema
ampliamente estudiado, de ahí que la forma de clasificarlas sea bastante
amplia. Otra clasificación que puede ser de utilidad, se aproxima al tema desde
dos ejes: las expectativas de
auto-eficacia y las expectativas de
resultados. Dicha clasificación revisa la interacción de ambos tipos de
expectativas y su impacto sobre la forma que tenemos de proceder ante ellas.
Veamos un ejemplo general de dichas interacciones:
En general, la interacción más
positiva y alentadora a nivel de gestión de tiempo y percepción de nuestro
negocio, es la confluencia de expectativas de auto-eficacia altas con
expectativas de resultados altas. La ecuación, sin embargo, no deja de verse
influenciada por el nivel de realismo del que dotemos dichas expectativas.
La revisión continua de nuestras
expectativas resulta de gran importancia, dado que estas cambian según las
circunstancias personales, de negocio, los objetivos y nuestro nivel de
autoconfianza. Por ello, su análisis y reflexión nos permitirá ser conscientes
del sesgo que pueden imprimir en nuestra forma de organizar el tiempo.
Los miedos personales
Todos
tenemos miedos a los que hacer frente para superar situaciones que representan
retos y estos están ampliamente relacionados con las expectativas de las que
hablamos anteriormente. En general, el más común es el miedo al cambio, el cual
encarna uno de los factores más importantes a superar para potenciar nuestro
negocio y nuestra gestión.
Muchos
emprendedores se han enfrentado a situaciones de fracaso, dado que se han visto
dominados por el miedo en el momento de tomar alguna decisión fundamental para
su negocio. El miedo influye en diversos factores y afecta nuestra capacidad de
toma de decisiones, el timing, la
priorización de tareas y, por ende, la consecución de metas y objetivos.
Quizá
la cuestión más relevante en relación con el miedo, tiene que ver con que
desdibuja nuestra meta. Poder estar centrados en un objetivo y desglosar el
mismo en sus tareas pertinentes, puede ayudarnos a hacer más manejable la
sensación de angustia o temor. Sin embargo, la clave es ser conscientes de
nuestros miedos. De esta forma, es menos probable que estos actúen en la sombra
y mermen nuestra capacidad para gestionar nuestro tiempo y embarcarnos en las
tareas necesarias para conseguir la meta propuesta.
En
un interesante artículo, un grupo de emprendedores reflexiona sobre sus miedos
y la forma en la que consiguieron superarlos para hacer mejor uso de su tiempo
y potenciar su negocio. Rescatamos algunos fragmentos que ilustran este tema y
la importancia de su análisis:
"Precisamente lo que me impedía emprender era la cantidad de miedos que llevaba en la mochila. Miedos cómo la incertidumbre, el miedo el fracaso, el pavor a exponerme, a hablar en público, y hasta al qué dirán... Hubo un tiempo en el que empecé a coleccionar miedos y no fue hasta que tomé consciencia de que estos me estaban alejando de lo que yo quería alcanzar, que empecé a mirarlos cara a cara y empecé a analizarlos para relativizarlos y empezarlos a ningunear, porque verdaderamente no tenían fundamento."-Gemma Fillol
"Esta es una lista de mis miedos y bloqueos más grandes:
-Tengo miedo de no generar suficiente dinero para dar de comer a mis hijos.
-Tengo miedo de leer comentarios feos en youtube.
-Tengo miedo de perder mi talento para ayudar a la gente.
-Lista de quehaceres sin fin que me bloquean.
-La opinión real de amigos y familia me da miedo.
-Equivocarme me da miedo.
(...)
Ninguno de estos miedos o bloqueos me puede detener. Eso es algo que decides es tu mente. 'Tengo miedo y lo haré de todos modos', es algo que me digo siempre." -Justine Standaert
"Para mí los principales miedos y bloqueos fueron el perfeccionismo, el agobio innecesario, la procrastinación, la exigencia de garantías y un poco la sobreplanificación. Entre todos ellos había un cóctel complicado de manejar, pero que pude superar.” -Franck Scipion.

Miedo
al éxito, miedo a enfrentar una tarea larga e importante, miedo a descuidar
tareas en pro de otras… Te animamos a reflexionar sobre tus propios miedos y
bloqueos. Haz una lista, piensa en qué parte de tu planificación pueden estar
representando un impedimento, ponlos a la luz para convertirlos en focos de
creatividad e impulsores de tu desarrollo y gestión.
En
resumen, como hemos intentado plasmar en las líneas anteriores, el análisis de
nuestros hábitos, creencias y percepciones es un ejercicio que no solo aumenta
nuestro autoconocimiento, sino que además puede ser de gran utilidad para
ampliar horizontes, resolver bloqueos y animarnos a hacer cambios en cuanto a
nuestra gestión del tiempo. Aunque a menudo esta no representa una tarea
sencilla a nivel práctico o emocional, sí representa un ejercicio necesario y
fundamental en el que te animamos a embarcarte. Y, en aquellos momentos en los
que te sientas sobrepasado en este reto, ¡estamos aquí para ayudarte!.